La presidencia del ultraderechista Javier Milei y los acomodaticios movimientos políticos del gobernador Maximiliano Pullaro —que oscila entre dialogar con la Casa Rosada y crear un nuevo espacio conservador con gobernadores e intendentes de todo el país— plantean una pregunta inevitable: ¿cómo se posicionan los políticos locales de Baigorria frente a los devenires nacionales?
Saber a quiénes intentan representar los referentes autóctonos permite identificar qué país desean y, por ende, qué ciudad quieren los que cada día a día definen el destino de Granadero Baigorria y sus ciudadanos.
Para comenzar, es necesario recordar que el intendente Adrián Maglia ya no oculta su cercanía a Provincias Unidas y, por tal motivo, su alineamiento con el gobernador Pullaro y con el armado nacional que este espacio busca consolidar. Al menos seis gobernadores y más de un centenar de intendentes de Argentina adhieren a este frente de centroderecha que intenta ubicarse “en la senda del medio”, entre el fascismo de Milei y la centroizquierda que representa Fuerza Patria.
En una entrevista reciente con Repórter 2, Maglia afirmó que Caren Tepp, candidata a diputada nacional por Fuerza Patria —alianza entre el peronismo santafesino y Ciudad Futura— “no lo representa”. Aunque no lo dijo explícitamente, se entiende que dará su apoyo a Gisela Scaglia, vicegobernadora y primera candidata a diputada de Provincias Unidas.
En esta misma línea, la concejala Gisela Da Ponte, opositora histórica de Maglia, también es aliada de Pullaro. Ella, junto a Lautaro Barrera —joven referente del Partido Uno y representante local de Unidos— son, de alguna manera, los nativos del “pullarismo”. La incógnita es cómo se mezclará el agua y el aceite: si el “dapontismo” podrá articular acuerdos con el “magliaismo” o si todo quedará reducido a alianzas transitorias dictadas por la conveniencia electoral.
Un capítulo aparte merece el concejal electo por La Libertad Avanza, Santiago Fontana, definido por muchos como un “púber fascista”. Fue el único que defendió en campaña la agenda más dura: cerrar áreas de Discapacidad, Género, Cultura y Educación, además de los jardines municipales, en clara sintonía con el plan de Javier Milei, que ajusta con el hambre del pueblo, desfinancia universidades y vacía la salud, la educación y la obra pública.
Inexperto y temeroso, Fontana recibió tarde los escraches y el desprecio social, pero igualmente fue electo edil de Baigorria. Amigo del ñoqui a cargo del PAMI local, Leonel Montesanto, —que casi no pisa la delegación pero cobra un millonario sueldo mensual— y admirador confeso de Karina “3%” Milei, deja en claro qué ciudad desea. Su apuesta está ligada al negocio inmobiliario, respaldada por su desempeño laboral y un apellido que ya suena a inmobiliaria. Promueve un Estado bobo que habilite a sus compinches ganancias en megaemprendimientos con vista al río, postergando a los baigorrienses a la marginación.
Por otra parte, todos los sectores del peronismo de Baigorria se encolumnan detrás de Fuerza Patria. Quizás como preludio de acuerdos más amplios para 2027, Natalia Annunziata, Favio Maurelli, Antonella García, Adrián Milo y Eliana Trivisonno, entre otros, han declarado abiertamente que “no hay dudas: el enemigo es la derecha”. Es decir, Milei y sus representantes provinciales, dentro o fuera de La Libertad Avanza.
De manera separada, pero unidos en una misma mirada, estos dirigentes afirman que la salida es un proyecto superador. Todos votarán y militarán por Caren Tepp y Fuerza Patria. Lo que aún no se resuelve es qué ciudad pretenden construir: ¿una ciudad dormitorio, diseñada para negocios inmobiliarios de unos pocos (y en la que esos pocos no son baigorrienses), o una ciudad que se desarrolle hacia el oeste y recupere territorio estratégico perdido con Ybarlucea, desde el barrio Autoestrada hasta la Ruta 34-S, con el canal como límite?
Lo positivo es que, al menos entre estos jóvenes dirigentes, “no hay grieta” en cuanto al rumbo nacional y la necesidad de sacar a Milei de la Rosada.
Pero el debate local sigue pendiente.
Tal vez la respuesta llegue con una futura asamblea estatuyente para escribir la carta magna de Baigorria. Porque de esa definición depende el futuro de la ciudad y, fundamentalmente, el de nuestros hijos y nieto