Oscar Genovese, actual secretario del Partido Justicialista de la ciudad, lo definió perfectamente.
El hombre de talla media, de ojos celestes y profundos, pelo cano, peronista hasta la médula, miró al periodista y sin temblarle la pera afirmó:
- MIrá, en estos tiempos hay dos lados. En uno están ellos y en el otro estamos nosotros y la patria -
Así de simple. Y de taxativo.
Dos lados.
Los que parecen no entender la consigna son un gran número de dirigentes peronistas de la ciudad que están flaqueando cuando más urgente se presenta la necesidad de tomar postura.
Pero analicemos con más precisión esta data.
En la ciudad, en las pasadas elecciones, entre patos y gallaretas, las distintas expresiones justicialistas, que fueron en tres frentes distintos, consiguieron más de 20 mil votos. El 70 % de los sufragios.
Por entonces éste escriba supo definir los comicios del 2023 como una gran interna peronista a cielo abierto, pues a las generales llegaron el intendente Adrián Maglia y Antonella García, la joven militante del Movimiento Evita.
Esas elecciones dejaron una victoria, pírrica pero triunfo al fin, de Maglia quien obtuvo casi 10.500 votos contra los 10.200 de García.
Atrás, muy atrás, quedó Unidos, con la candidatura de Víctor Bocco.
O sea. El axioma de que Baigorria es peronista se reflejó más que nunca en 2023.
Pero aquí va otro dato más. Y quizás el que más ruido hace en este entrevero es el Concejo y su extraña amigabilidad con el atropello del régimen nazi fascita de Javier MIlei.
El cuerpo deliberante local cuenta con cinco, de los siete, concejales de extracción peronista.
Entonces, usted dirá, con un claro criterio de objetividad. El Concejo de Baigorria, haciendo valer su mayoría Nacional y Popular, se ha manifestado contra los abusos de un gobierno de extrema derecha que está en las antípodas ideológicas de cualquier militante social y de centro izquierda.
La respuesta es no. Solamente la edila Natalia Annunziata, quien se ha acercado a la línea del referente nacional Guillermo Moreno, es la que se ha manifestado en contra de esta pesadilla que está entregando la patria.
Naty estuvo en la plaza de Los Congresos, y puso el cuerpo, el pasado miércoles 12 de junio, cuando senadores votaron la nefasta Ley de Bases. Y además la legisladora hizo pesar su postura, a pesar del silencio atronador de sus pares supuestamente peronistas.
Los demás concejales, que dicen ser del palo, Mario Rosales, Favio Maurelli, Antonella García y Adrián Milo Cravero, parece que no ven la realidad.
Prefieren quedarse calentitos en sus bancas, no mover el avispero, tantear el panorama y ver qué onda para opinar y definir de qué lado están.
La misma gestión municipal, con un intendente que suele estar más preocupado por los éxitos, o derrotas, del club Rosario Central, institución de la cual es vice presidente, tampoco ha dicho nada.
O será verdad lo que se comenta. Eso que muchos en la alcaldía se sienten cómodos con las políticas neoliberales de Milei, y por eso no se la juegan.
Que ser peronista sirve para ganar elecciones, y listo.
Hay otras excepciones dentro del PJ que vale la pena rescatar. Esos que sí entienden lo que está en juego.
Una de ellas es Eliana Trivisonno, responsable del Centro Cultural La Máquina, quien fue de las primeras en denunciar y tomar un lado de la mecha.
Otros son los pibes de La Cámpora, sensibles ante la locura que gobierna.
Pero después poco y nada. Más nada que poco.
A los tibios los vomita Dios, dice un versículo del Apocalipsis.
Estar en el pasillo, en el medio, es incómodo. Siempre hay que tomar un lado, diría Fidel Castro.
En Baigorria hay una mayoría peronista que da vergüenza. Dan Lástima.
Cuando esta pesadilla termine mal, cuando haya que salir a bancar y reconstruir lo que una vez más haga mierda un gobierno de derecha, habrá que tener en cuenta dónde estaban los que hoy son cómplices silentes del despojo argentino.
Lo que sí se sabe, como una retórica constante de los tiempos, es que a la historia no la escriben los cobardes.