Rubén Fernando Oscar “Tito” Messiez Loza era secretario de Organización del Partido Comunista de Rosario cuando la mañana del 22 de agosto de 1977 fue secuestrado por una patota del batallón de Inteligencia 121. El marxista iba a retirar unos volantes partidarios de la copistería La Manija de Entre Ríos al 800, al frente de la facultad de Humanidades y Artes, en pleno centro rosarino.
Tito fue llevado a La Calmita, el centro clandestino de detención de personas que funcionó en Baigorria, en Eva Perón (ex calle Córdoba) al 1500, desde mediados del 76’ hasta finales de 77, y allí fue torturado para que delatara a sus camaradas y compañeros del campo popular. Messiez, el comunista, de pequeña estatura, cara larga y nariz aguda, padre de Alicia, esposo de Susana, de 44 años, habrá puesto el valor de sus datos y no se quebró. Hoy sigue desaparecido, pero sus captores están presos y juzgados.
El secuestro
El comunista, ya había sido perseguido y encarcelado por su militancia. En la dictadura de Juan Carlos Onganía, en 1966, fue detenido en Tucumán y durante la presidencia de Isabel Martínez de Perón su vivienda familiar en la zona sur de Rosario sufrió un ataque por miembros de la Triple A. En esa jornada, recordó su hija Alicia Bernal, que por entonces era una adolescente de 15 años, la familia, compuesta por Tito, su compañera Susana y Alicia, tuvieron que huir trepando los techos vecinos.
La casa fue saqueada, pero ellos salvaron sus vidas por la astucia de la huida.
El rapto de Tito fue planificado. Messiez sabía direcciones, teléfonos, encuentros pactados, casas de seguridad. y no sólo de los comunistas. Chuparlo a Tito, darle máquina hasta que cantara algo, era un diamante en bruto.
Datos necesarios para seguir con la misión dantesca que los asesinos urgían para sus siniestros planes.
Como secretario de Organización del PC, Messiez había encargado unos volantes en la copistería “La Manija”. Según contó Alicia a medios de comunicación y en el mismo juicio que se llevó adelante contra los captores y torturadores de su padre, Tito tenía que retirar el trabajo el sábado 20, pero en la misma imprenta retrasó la entrega para el lunes 22.
“Mi madre tuvo la oportunidad de hablar con Sara Peralta, una de las dueñas de La Manija, quien le termina haciendo una confesión. Que ese día 22 el lugar estuvo tomado por personal del Comando, y que ellas estuvieron todo el tiempo encerradas”, dijo Alicia Bernal en su declaración en el marco del juicio oral por crímenes de lesa humanidad de la causa Guerrieri II donde se juzgó a los responsables de la desaparición de Messiez.
La reconstrucción del secuestro de Tito y su detención ilegal en La Calamita fue una búsqueda de años de su esposa Susana, su hija Alicia, y de su nieto Emilio, quien cuando llevó adelante el juicio en 2013 era uno de los responsables de la Federación Juvenil Comunista.
Según esta investigación de años se supo que Tito fue secuestrado por un grupo de tareas del batallón de Inteligencia 121. Uno de los integrantes del operativo del secuestro fue Juan José Vragnisan, quien era soldado y chofer del coronel y jefe de Inteligencia del Segundo Cuerpo del Ejército durante la dictadura, Edgardo Juvenal Pozzi.
El testimonio de uno de los acusados en la causa Guerrieri II, Eduardo “Tucu” Costanzo afirmó que en el secuestro de Tito intervinieron los agentes de inteligencia, Juan Cabrera, Ariel Porra y Carlos Sfulcini, quienes lo llevaron a La Calamita. Según Costanzo fue Cabrera quien torturó durante cinco horas a Tito. También se sumó el testimonio de otro represor, Gustavo Bueno, quien en Brasil en 2009 reconoció que Messiez estuvo en el centro clandestino ilegal de detención de personal que funcionó en Baigorria.
El 20 de diciembre de 2013, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 1 de Rosario, condenó a prisión perpetúa a los represores que actuaron en La Calamita. En la resolución judicial estaba también la desaparición y muerte del militante comunista.
El asalto a La Calamita que no fue
La desaparición de Tito Messiez fue un golpe duro para la conducción partidaria de los comunistas de Rosario. A tal punto que la conducción de entonces del PC rosarino llegó hasta entrevistarse con el comandante de Operaciones del Ejército, Julián Gazari Barroso por este tema.
El encuentro lo llevó adelante el periodista, y militante comunista, José Coco López, quien con abogados del PC se reunieron con el militar. La reunión fue en su despacho y el comandante, que también fue acusado por crímenes de lesa humanidad, respondió de malos modos a la comitiva y les pidió que no molestarán más por temas similares.
Pero otros comunistas, con poca diplomacia pero más acción revolucionaria habían planificado tomar La Calamita, de manera armada, liberar a Tito y a los demás compañeros que estaban allí.
La idea surgió de los camaradas más longevos, aquellos que ya habían sufrido bajas de otros compañeros en otras dictaduras. Muchos de los que planearon el rescate habían estado cuando habían desaparecido a Juan Ingalinella, cuando hubo que cuidar a la familia del médico y dirigente comunista, y esconder un mimeógrafo que el partido tenía en un rancho costero de Baigorria.
A Ingalinella lo secuestraron el 17 de junio de 1955 por unos volantes impresos en clandestinidad para bancar al gobierno de Juan Perón al día siguiente del bombardeo a la plaza de Mayo.
Uno de los partícipes de aquella hazaña que no fue supo contar a éste escritor lo pensado. Había compañeros que conocían de antes el lugar, años atrás cuando había sido viñedo y casco de estancia del italiano Ángelo La Calamita. Esos camaradas, muchos laburantes golondrina que prestaban sus servicios en el momento de cosecha, podrían dar información del territorio.
El PC, que tenía su rama militarizada, contaba con militantes con conocimiento de armas. Además había quienes contaban con algún armamento para atacar el lugar.
“Sabíamos que había vigilancia las 24 horas. Había soldados, o uniformados que hacían rondas de vigilancia y un tipo siempre arriba en el mangrullo. Sabíamos que era arriesgado, que podríamos morir, pero era lo que debía hacerse”, contó hace unas décadas un comunista que estaba en la planificación, quien tenía experiencia sobrada en los 60’.
Todo quedó descartado por decisión del comité Rosario, quienes no avalaron el asalto a La Calamita, no por cobardía sino por las represalias a futuro.
A pesar de esto, muchos comunistas, ya ancianos, se lamentaban de no haber ido rescatar a sus compañeros, o haber dejado la vida en el intento.
Fuentes
RUBEN FERNANDO OSCAR MESSIEZ LOZA, https://apm.gov.ar/presentes/detalle/2510 visto 1/9/24
Messiez, Rubén “Tito”. https://lacalamita.net.ar/detenidos/messiez-ruben-tito/ visto 1/9/24
El juicio Guerrieri II ventiló la desaparición de Tito Messiez
https://www.lacapital.com.ar/politica/el-juicio-guerrieri-ii-ventilo-la-desaparicion-tito-messiez-n415028.html visto 1/9/24
Justo el día que se leyó la sentencia https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/9-41969-2013-12-22.html
visto 1/9/24
Informe La Calamita. Donde habitó el horror https://elurbanodigital.com/baigorria/item/11374-informe-la-calamita-donde-habito-el-horror
visto 1/9/24