Natalia Annunziata presentará esta semana en sociedad su básica, la cual la bautizará con el nombre de su padre, Guillermo Annunziata, mentor de la concejala y el último cuadro político de la ciudad. El local partidario estará en pleno San Fernando, en 12 de octubre 680, y esto generó mucho ruido en el magliaismo.
Aunque Naty lo repita constantemente, que todo lo que realiza y lleva adelante está hablado con el mismo Adrián Maglia, la concejala tiene peso propio y paulatinamente está haciendo un camino propio en la política local.
Las internas interminables en el magliaismo, que casi le hace perder las elecciones en el 23', ya habían apuntado a la legisladora por contar con agenda propia en el Concejo. De manera cruel y berreta, la discusión llegó a las redes sociales donde lo peor siempre aflora con desagravios y mentiras.
A pesar de esto, Natalia siguió firme apoyando al Ejecutivo en las ordenanzas que éste pide, como por ejemplo las normas urbanísticas, el nuevo régimen impositivo en la ciudad, con tasa Vial incluida y el reciente giro en descubierto en el banco Credicoop.
Pero más allá de su postura al momento de votar, Natalia sabe de política, porque aprendió del mejor. Intuye que el final del magliaismo puede darse antes del fin de la gestión de Adrián Maglia. La performance electoral el año que viene será decisiva para el proyecto del oficialismo y como se dice, uno acompaña al otro hasta la puerta del cementerio, nada más.
Aunque hay dentro del Ejecutivo lenguaraces que rápidamente sacan la adjetivación de traidores, Natalia construye para mañana. De eso no se la puede condenar de nada a la joven edila que entiende que todo lo que ella tiene por delante es futuro.